jueves, 23 de enero de 2014

Tout envoyer en l'air.

Palabras.. que, cual desesperados conjuntos de trazos o sonidos colapsando entre sí, intentan dar sentido a innumerables imposibles. 

Somos simplemente generadores de palabras. Las aprendemos y las lanzamos al viento, su destino depende enteramente de quien las recibe. En un mundo sin receptores, las palabras serían inútiles. 

Nuestros sentimientos no están en las palabras, aunque allí intentemos plasmarlos. Tus sentimientos se quedan contigo y aquellas palabras viajan vacías, cobrando sentido sólo cuando alguien logra identificarse con ellas. Las palabras que creas no te pertenecen, más eres responsable por ellas. Cuando escuchas o cuando lees, recibes lo que por esencia te corresponde, te adueñas de un sentimiento que alguien más ha generado y que logra resonar en ti.

Debemos cuidar de cerca lo que emitimos, pues su destino está en otras manos. Nuestras palabras se pierden, se esfuman en el viento todo el tiempo; y otras pocas veces logran refugiarse, encuentran asilo en otro cuerpo.. y con suerte, consiguen quizás vivir para siempre..

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