sábado, 14 de junio de 2014

Sábados por la mañana.


Páginas en blanco que aguardan silentes su destino, esperando a que todo una vez más pierda su perfecto brillo; y así sin más se seca, lentamente y sin que nadie lo note, la tinta en el tintero.

Personas como lienzos por ahí caminan y se pavonean, como misterios andantes con un toque de desconocido; y así sin más van por la vida, desafiando aquellos males que unos tantos llaman defectos.

Patrones tan obvios que adoran colgar sin vergüenza a la vista de todos, logrando escapar la grandiosa trampa que es la consciencia; y así sin más se burlarán en nuestras narices de manera inesperada.

Parece que todo cielo puede llenarse de nubes y ser gris, tornándose difícil el escapar aquellas raras y altas mareas que a veces azotan sin aviso; y así sin más insiste siempre el necio en vivir cerca del mar.

Para ti impaciente alma con maletas de esperanza y cuyo viaje parece no terminar, para ti se escriben las poesías que hablan sobre decepciones; y así sin más, hasta el sol de hoy, te rehúsas a cambiar.

Pequeña niña ahora de cuerpo y sueños gigantes, siempre has sabido que no te falta inteligencia, sabiduría ni capacidad; y así sin más, siempre has sabido que te falta un toque de la llamada realidad.

martes, 10 de junio de 2014

"Solitude"



Laugh, and the world laughs with you;
Weep, and you weep alone,
For the sad old earth must borrow its mirth,
But has trouble enough of its own.
Sing and the hills will answer;
Sigh, it is lost on the air, 
The echoes bound to a joyful sound,
But shrink for voicing care.

Rejoice, and men will seek you;
Grieve, and they turn and go,
They want full measure of all your pleasure,
But they do not need your woe.
Be glad, and your friends are many;
Be sad. and you lose them all,
There are none to decline your nectared wine,
But alone you must drink life's gall.

Feast, and your halls are crowded;
Fast, and the world goes by,
Succeed and give, and it helps you live,
But no men can help you die.
There is room in the halls of pleasure
For a long and lordly train,
But one by one we must all file on
Through the narrow aisles of pain.


By Ella Wheeler Wilcox.