domingo, 28 de octubre de 2018

Un retazo en mi cobija.


Para un amigo,


Lazos, tal cual esa pieza de tela pero ésta indestructible, nos atan a este mundo,
y es sin duda, es que me consta, nos convertimos en retazos que se cosen a otras vidas,
pasamos a formar parte de aquellas cobijas que las almas atesoran y que arropan el corazón.

Es un don, es un talento innato ese de la inmortalidad; y digo innato porque no a todos se nos da,
ese de tener tela infinita para dar, de ser color y patrón presente en tantísimas confecciones,
el de calentar mil y un corazones, mientras repele de a poquito toda frialdad y soledad.

Para esos cada sonrisa es un regalo y cada acción es un peldaño que eleva a quien la recibe,
es que entienden que éste tiempo es un ratito y que vamos desaprendiendo, que solos no podemos;
que escasean las donaciones, abundan las transacciones y siempre se tiene que "ganar"...
unos rasgan, otros cosen, como en todo hay un balance que unos nunca comprenderemos.

Una cosa es segura, miles de mantas materiales no calientan más que esa única emocional,
hoy más que nunca es tiempo de atesorar cada componente, cada punto, cada parche, cada hilo,
de mantenerla cerca porque siempre hace frío en soledad, aunque se viva en un país tropical.

Agradezco a la vida por tu retazo en mi cobija, 
te agradezco a ti por en algún momento haberlo puesto allí.
Valioso.