jueves, 15 de septiembre de 2011

Una palabra de peso.

Sin miedo, les aseguro que no voy a ponerme a escribir un rap o algo parecido, sin embargo, me nace escribir sobre un valor de los más elementales: El Respeto. De ese mismo que nos hablaban de pequeños, uno de los primeros valores que se nos forzó a escribir en nuestros cuadernos, quizás pensaron nuestros maestros que así no lo olvidaríamos.

Me parece que cuando Dios dijo "Amarás a tú prójimo como a tí mismo", la palabra respeto venía implícita en dicho mandato. Y es que si lo pensamos más a fondo, no hay amor sin respeto. Es tanto así, que me atrevería a decir que el amor responde al ¿qué tanto me respetas?... un truquito para dejar de deshojar margaritas.

Aclaro que no me refiero a ese "respeto" que muchos entienden como miedo, ni tampoco a ese que se vende al mejor postor y que por ende solo lo ganan aquellos con más poder o rango... no me refiero a nada de eso, que de hecho se aleja de la idea, en esos casos solo veo delirios de grandeza y carencia de ese respeto propio, respectivamente. 

¿Por qué enfatizar el respeto, cuando el amor va de la mano con muchísimos otros valores?. Va más allá,  más que conocer los límites y derechos de los demás, engloba al mismo tiempo la aceptación y el debate en todos los aspectos; el pensar, el sentir, el espacio a desarrollarse, las opiniones y esas paredes internas que todos pintamos con diferente color y estilo.

Siento que más ignorante que yo en este tema no puede haber, pero intento entenderme poco a poco. Cuando observo a una persona que amo, lo veo como un todo, lo que es y lo que es capaz de ser; usualmente lo que ha sido pierde relevancia. No miramos a una persona que amamos como miramos a cualquier desconocido, no vemos solo a esa persona frente a nosotros, podemos ver su esencia, su  capacidad, sus cualidades, su potencial, de repente es un conjunto de piezas conocidas resguardadas en un cofre de piel, tejido adiposo, músculos y huesos.

Pienso que el respeto tiene sus puntos sobre otros valores, al relacionarlos al amor... al igual que éste, se cultiva, se gana, se pierde...

No voy a cerrar esta entrada con conclusiones, me gustaría saber qué piensan ustedes...