lunes, 18 de enero de 2010

Pausa.

Y llega un momento, en el que quisieras con cerrar tus ojos transportarte a otro universo, un espacio desierto, donde tus oídos sangren de tanto silencio, donde el vacío succione todos tus pensamientos, y así, sentir que nada pesa, que nada existe, que puedes descansar un segundo hasta volverlos a abrir, y encontrarte de nuevo en tu realidad, la que tanto amas, aunque a veces de ella quieras huir.

miércoles, 6 de enero de 2010

La Bendición, de mil maneras.

Recibí este mensaje a mi correo y me pareció que compartirlo era mi deber. Es un hermoso mensaje que nos cuenta una grandiosa historia. :)



"DIOS SIEMPRE LLEGA EN EL MOMENTO JUSTO."


El niño se puso su ropa para el frío y le dijo a su padre 
-"OK, papá, estoy listo".

Su papá, el Pastor, le dijo
-"¿Listo para qué?"
-"Papá, es hora de ir afuera y repartir nuestros volantes".
El papá respondió, 
-"Hijo, esta muy frío afuera y está lloviznando."

El niño miró sorprendido a su padre y le dijo, 
-"Pero Papá, la gente necesita saber de Dios aún en los días lluviosos."
El Papá contestó, 
-"Hijo, yo no voy a ir afuera con este tiempo."

Con desespero, el niño dijo, 
-"Papá, ¿puedo ir yo solo?, Por favor."
Su padre titubeó por un momento y luego dijo, 
-"Puedes ir. Aquí tienes los volantes, ten cuidado."
-"¡Gracias papá!"

Y con esto, el hijo se fue debajo de la lluvia. El niño de 11 años caminó todas las calles del pueblo, repartiendo los volantes a las personas que veía.
Después de 2 horas caminando bajo la lluvia, con frío y su último volante, se detuvo en una esquina y miró a ver si veía a alguien a quien darle el volante, pero las calles estaban totalmente desiertas. Entonces él se viró hacia la primera casa que vio, caminó hasta la puerta del frente, tocó el timbre varias veces y esperó, pero nadie salió.

Finalmente el niño se volteó para irse, pero algo lo detuvo. El niño se volteó nuevamente hacia la puerta y comenzó a tocar el timbre y a golpear la puerta fuertemente con los nudillos. Él seguía esperando, algo lo aguantaba ahí frente a la puerta. Tocó nuevamente el timbre y esta vez la puerta se abrió suavemente.

Salió una señora con una mirada muy triste y suavemente le preguntó:
-"¿Qué puedo hacer por ti, hijo?"
Con unos ojos radiantes y una sonrisa que le cortaba las palabras, el niño dijo,:
-"Señora, lo siento si la molesté, pero sólo quiero decirle que... *DIOS REALMENTE LA AMA * y vine para darle mi último volante, que habla sobre DIOS y SU GRAN AMOR."

El niño le dio el volante y se fue.
Ella solo dijo:
-"GRACIAS, HIJO, y que DIOS te bendiga."


Bien, el siguiente domingo por la mañana el pastor estaba en el púlpito y cuando comenzó el servicio preguntó:

-"¿Alguien tiene un testimonio o algo que quiera compartir?"

Suavemente, en la fila de atrás de la iglesia, una señora mayor se puso de pie. Cuando empezó a hablar, una mirada radiante y gloriosa brotaba de sus ojos:

-"Nadie en esta iglesia me conoce. Nunca había estado aquí.
Mi esposo murió hace un tiempo atrás dejándome totalmente sola en este mundo. El domingo pasado fue un día particularmente frío y lluvioso, y también lo fue en mi corazón; ese día llegué al final del camino, ya que no tenía esperanza alguna ni ganas de vivir.

Entonces tomé una silla y una soga y subí hasta el ático de mi casa. Amarré y aseguré bien un extremo de la soga a las vigas del techo; entonces me subí a la silla y puse el otro extremo de la soga alrededor de mi cuello.
Parada en la silla, tan sola y con el corazón destrozado, estaba a punto de tirarme cuando de repente escuché el sonido fuerte del timbre de la puerta.
Entonces pensé, 'Esperaré un minuto y quien quiera que sea se irá'.
Yo esperé y esperé, pero el timbre de la puerta cada vez era más insistente, y luego la persona comenzó a golpear la puerta con fuerza.
Entonces me pregunté, ¿QUIÉN PODRÁ SER?
¡Jamás nadie toca mi puerta ni vienen a verme!
Solté la soga de mi cuello y fui hasta la puerta, mientras el timbre seguía sonando cada vez con mayor insistencia.

Cuando abrí la puerta no podía creer lo que veían mis ojos, frente a mi puerta estaba el más radiante y angelical niño que jamás había visto.
Su sonrisa, ohhh, ¡nunca podré describirla! Las palabras que salieron de su boca hicieron que mi corazón, muerto hace tanto tiempo, volviera a la vida, cuando dijo con voz de querubín: 'SEÑORA , sólo quiero decirle que DIOS realmente la ama.'

Cuando el pequeño ángel desapareció entre el frío y la lluvia , cerré mi puerta y leí cada palabra del volante.
Entonces fui al ático para quitar la silla y la soga.
Ya no las necesitaría más. Como ven, ahora soy una hija feliz del REY.
Como la dirección de la iglesia estaba en la parte de atrás del volante, yo vine personalmente decirle GRACIAS a ese pequeño ÁNGEL DE DIOS que llegó justo a tiempo y, de hecho, a rescatar mi vida de una eternidad en el infierno."

Todos lloraban en la iglesia.
El Pastor bajó del púlpito hasta la primera banca del frente, donde estaba sentado el pequeño ángel; tomó a su hijo en sus brazos y lloró incontrolablemente.

Probablemente la iglesia no volvió a tener un momento más glorioso.

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Dios bendiga tus ojos por leer este mensaje.
No permitas que este mensaje muera de frío; después de leerlo, pásalo a otros.


Recuerda, el mensaje de DIOS puede hacer una gran diferencia en la vida de alguien cerca de ti. POR FAVOR LEER CON FE Esta es una oración impresionante. Créelo y serás bendecido.


Lucas 18,27 . "El les dijo: lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios".

El problema con muchos de nosotros es que no creemos que Dios abrirá una ventana y derramara bendiciones que no tendremos lugar para recibirlas.


Reto a cualquier persona a tratar a Dios.


Él es fiel a su palabra.
Dios no puede mentir y sus promesas son seguras.

viernes, 1 de enero de 2010

Un segundo...


...Ser embestido por un auto, perder la noción del tiempo, olvidar algo importante, recibir una horrible noticia, descubrir una mentira, entender una pesadilla, ser agredido verbalmente, físicamente, emocionalmente...son parte de una corta lista de cosas que pueden ocurrir en un segundo...un segundo, es lo que se necesita para que algo cambie drásticamente tu vida, en un segundo se puede sentir como algo derrumba, lastima, altera, atraviesa de muerte, tu mundo interior.

Es fácil olvidar las cosas buenas, mientras que las malas parecen nunca desaparecer...será solo nuestra forma de pensar y enfrentar las cosas, que nos permitirán seguir adelante.

Siempre para recibir un nuevo año la mayoría de personas en todo el mundo se reúnen a celebrar y hablar de las mil y una maravillas y cosas buenas que esperan del año por venir, creen que es la oportunidad para recomenzar, para hacer las cosas de una manera diferente, para olvidar y reinventarse...muchas de estas personas se decepcionan...y es que, no solo debemos preparar nuestras mentes para un año de fantasía lleno de maravillas...tenemos que prepararnos para un año de nuevos retos, problemas y situaciones que nos abrirán las puertas a crecer, a aprender, a superarnos y madurar...la vida no va simplemente a mejorar porque ya no ponemos la misma cifra 09 al escribir la fecha...sin embargo, es hermoso como un momento se torna tan significativo que es capaz de despertar la voluntad de miles de personas para hacer cosas que siempre han sido capacez de hacer y cumplir sin necesidad de ninguna excusa...

Un segundo puede ser tanto real como subjetivo...dependerá de nuestra preparación y fuerza para encarar situaciones...un edificio puede durar años agrietado, y tardar solo un segundo en derrumbarse...y aún así, nos impacta más el hecho de que se derrumbara y no el conocimiento de que no hicimos nada para impedirlo, y preguntamos por qué...nos descuidamos, es en miles de aspectos de nuestras vidas donde nos descuidamos, pero es el segundo consecuencia de nuestras previas acciones el que convertimos en crucial...siempre dejando que sea muy tarde.

Un segundo, dispersando un poco lo cruel y áspero de la vida, es bendición, es dejar que el tiempo que dura un respiro pueda llenarnos infinitamente, como cuando nos enamora una sonrisa, una buena acción de la que fuiste afortunado de ser testigo, una brisa fría que te hace vibrar al rozar tu piel, un beso inesperado, un recuerdo breve, un saludo, una persona que se queda en ti aun sin saber su nombre...

La vida nos ofrece un sin número de cosas, es blanca y negra, dulce y amarga, realidad y novela, poesía y prosa, amor y odio, esperanza y decepción... quizás no es lo que quieres que sea, pero podría parecerse si lo intentas...la vida no nos tiene a nosotros, nosotros la tenemos a ella...y es un pena como a veces nos comportamos tan pasivamente permitiendo que esta nos arrastre a su gusto y termine pasando por encima de nosotros día tras día, tanto así que cuando llegas al punto en el que un segundo no significa nada, en el que una suma de segundos no significa nada, preferiríamos que sean amargos y desgarradores, así nos recordarían que aun estamos aquí...

No deberíamos dejar que en eso se conviertan nuestros días, que nuestras palabras vayan por la brisa vacías y que nuestros ojos y espíritu dejen de irradiar de sí al exterior convirtiendo nuestros cuerpos en desganados contenedores de almas sin vida, condenados a ser futuros restos de la tierra en que caminan.

Pero no me escuchen a mí, después de todo, también lucho con mis propios demonios, escuchen el grito de sus adentros pidiendo rescate...sin importar si comienza un nuevo año o es la mitad del actual, nunca es tarde ni temprano para empezar algo, mejorar algo, luchar por algo, creer en algo...