A veces se siente como que lo que sientes no sale al exterior, pero lo sientes aunque nadie más lo vea, aunque nadie se percate ni le interese, y no es el hecho de que otros vean quien realmente eres, porque aún así lo eres, sino el hecho de que a veces quieras que se note, y que alguien pueda decir algo más de ti.
El amor que siento por la humanidad supera los limites del amor propio, y que digo con humanidad sino el que tengo por el que me rodea, hablo de mis compañeros, amigos , gente que veo diariamente y de los que talvés no sepa tanto como debería para porder amarlos como lo hago, pero de los que me interesa saber algo más.
Quizás la mayoria de las veces actúe como si no me interesara mucho, pero el cariño frecuentemente se esconde detrás de mis palabras, casi siempre en mi mirar, uno que lastimariamente pocos conocen de verdad.
Y me pregunto si a veces me enfoco más en las cosas de los demás que en mis propias cosas, lo que me hace ser menos de mi y más de los demás, pero siempre siento que hago muy poco...La mayor parte del tiempo siento que nací para otros y es lo que me hace sentir bien, aunque también, la mayor parte del tiempo siento de nuevo que no hago lo suficiente, no como debería, no como quisiera...sea quizás esta la verdadera razón por la que estudio medicina.
Y con todo esto dentro de mi, me duele mucho como algunos simplemente creen tener la capacidad de describirme en una linea, una lastimosa linea que pretende describir lo que soy, me hace pensar que mi color solo va por dentro y que quizás por fuera todos me ven en blanco y negro...
Creo que tengo que analizar a fondo, detenerme a ver que pasa, comprender y ver desde afuera...tengo que entrar al camino y dejar de caminar por la orilla, reencaminar mi vida.
Cada acto de dación me hace estar más consciente de que tengo más para dar.
“Pues somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.”—Efesios 2:10
