martes, 4 de octubre de 2011

Puente Colgante.


Frágil, inestable, suspendido en el aire a base de grandes esfuerzos para no caer... cual puente colgante. Últimamente todo es una pelea por mantenerme a flote, por no romper mis cuerdas, esas que con tanto trabajo he logrado tejer. Y en las noches, cuando nadie camina ya sobre mi y debería ser el tiempo de soltar y descansar para el mañana, me aferro con más fuerzas porque en mi mente se raya el disco "El éxito no existe en la pereza".

No es trabajo fácil perseguir lo que se quiere, parece ser siempre un camino distante, largo e imposible... esto responde a que esperemos ver resultados con cada esfuerzo, ver recompensas inmediatas... nos olvidamos que es al final del camino donde se encuentran los valiosos frutos del trabajo y tiempo empleados. 

Personalmente, lo olvido a cada momento... por eso me olvido de mi y el mundo que me rodea, queriendo solo concentrarme en darlo todo hasta ver resultados... no es que eso esté mal, todo está bien personita igual de psycho que yo, e intentaré tomar mi propio consejo, solo no pretendas estar a máxima potencia durante todo el camino. Piensen en los maratonistas y su estrategia para llegar a la meta, cualquiera creería que van flojos en esos momentos en los que recargan baterías para sorprender más adelante; imaginen si se intentara competir en un maratón como en una carrera de 100 mts planos... exactamente se durarían 100 mts en esa carrera y no se llegaría al final, porque repito, el camino sí es largo, pero si lo sigues te lleva a donde quieres llegar.

Ahora, me costará junto con ustedes meditar en mis propias palabras... ustedes por vez primera, yo por aproximadamente quincuagésima vez. 

Si lo escribo, es lo que siento; si lo siento, debo practicarlo.

¡Besos!

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